domingo, 3 de junio de 2007

La energía de los edificios y los objetos



Los edificios tienen energía.-
Todo aquello que sucede en un edificio se va repitiendo hasta extinguirse, como las ondas que se producen cuando lanzamos una piedra en un estanque.


Todo ello queda grabado en las paredes, en el suelo, en el techo, en los muebles, y en las personas y animales que viven en él. Cuanto más impactante sea un acontecimiento que se de en un espacio, más fuerte es el registro que se produce en dicho espacio. Son residuos de ondas expansivas, que generalmente se acumulan en los rincones, esquinas y grietas de la vivienda. Siempre que haya un aspecto de nuestra vida encallado, deberemos deducir que habrá un obstáculo en alguna parte de nuestro hogar, y será necesario despejar la energía de la casa, removerla, despejarla, con el fin de que el problema comience a solucionarse.

Los objetos también tienen energía.-
Los objetos se impregnan con la energía de aquello que sucede a su alrededor. Si compramos objetos de segunda mano, éste guardará trazas de la energía de su antiguo dueño.

Situaciones en que es aconsejable despejar el espacio

Tras una defunción.-
Tras una defunción, se desprende una carga emotiva y aflictiva, por lo que se deberá despejar el espacio para permitir que la vida continúe.

Tras una enfermedad.-
Tras una enfermedad, se deberá lavar bien el colchón y la cama del enfermo, limpiar la habitación y despejar a fondo todo el espacio de la casa, par echar la energía y refrescar el espacio.

Para mejorar la vida sexual.-
Hay que cambiar el aspecto del dormitorio y despejar el espacio si se produce un cambio de pareja. Despejar el espacio contribuye a dejar de lado a la antigua pareja e iniciar una nueva relación con una renovada pasión.

Para convertir un lugar en algo realmente especial.-
Por ejemplo, para convertir una habitación en un lugar sagrado para orar, curarnos… despejar el espacio contribuye a dar brillo y luz a un lugar.

Para arraigarnos a un lugar.-
No hace sentirnos más en nuestra casa y más seguros.

Para aquellos que viajan, en los lugares donde se alojen.-
Despejamos la energía antigua de los ocupantes anteriores y conseguir un descanso mucho
mejor.

Para cambiar el ambiente y la sensación que se desprende de un lugar.

Para introducir nuestra frecuencia tras la visita de alguien.

Para reinstaurar el orden y la normalidad después de una fiesta.

Para conferir a nuestro ambiente un poco de alegría que revierta en nuestro ánimo.

Para aumentar la vitalidad

Tras una discusión

Para incentivar el desarrollo espiritual

Para mejorar el espacio de los terapeutas, y evitar su saturación, sobretodo si trabajan en su propio hogar.

Para los organizadores de talleres de trabajo

Para mejorar la armonía y la productividad en la oficina, además se reduce la contaminación electromagnética generada por ordenadores y material de oficina.

Para aumentar los beneficios de un negocio

Para llamar a la suerte.

Consejos para despejar el espacio

Eliminar el desorden.-
El desorden se acumula cuando las energías se paralizan. El desorden extenua. Si conseguimos
liberarnos de todo aquello que no tiene importancia y que parece insignificante, nos sentimos más ligeros de mente, cuerpo y espíritu. Mudarse de casa es una de aquellas ocasiones en las que la gente suele poner orden. Esto se vive con pesadez, pues han de decidir qué se llevan con ellos y qué no. Pero es depurativo. Si, para colmo, el desorden se refleja en un espejo, la situación es caótica y los problemas y sensaciones se duplican.

Prevención del desorden:

El desorden puede ser prevenido

  • Evitando guardar las cosas "por si acaso"

  • Deshaciéndonos de los regalos que no nos gustan (el jarrón de la suegra, etc). Debemos rodearnos de cosas que nos gustan y que contribuyen a que nos animemos y nos inspiremos.

  • Siendo ordenado en las pequeñas cosas.

  • Aseando a fondo el hogar, no olvidándose de los rincones incómodos, como por ejemplo debajo de las camas, la parte superior de las vitrinas, detrás del ropero, dentro de los armarios de baño, el interior de la nevera, y el horno.

  • Poniendo especial atención en desvanes, trasteros, etc.

  • Teniendo la entrada principal siempre despejada, evitando dejar abrigos, zapatos, basuras, objetos a reciclar, etc.

  • Evitando colocar objetos detrás de las puertas

  • Evitando obstruir pasillos (equivalen a obstáculos en nuestro camino)

  • Evitando almacenar trastos a nivel de la calle, pues se relaciona este hecho a tener depresiones.

  • Evitando amontonar trastos debajo de la cama (en caso de no ser posible, guardar bajo ella sólo ropa limpia del hogar)

  • Tener la parte alta de los armarios, por encima de nuestro nivel de visión, repleta de objetos equivale a tener problemas pendientes de solución, generando un efecto de opresión generalizado y padeciendo dolores de cabeza.

  • Eliminando del armario aquella ropa que hace más de dos años que no nos
    ponemos.

  • Manteniendo los zapatos limpios y pulcros y tirando los viejos

  • Teniendo el bolso siempre en perfecto orden.

  • Teniendo el coche siempre en perfecto orden.

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